Nadie se desespera en la grada a pesar del resultado. La afición verderona sabe que el equipo no va a tirar la toalla y confía en que la mala suerte abandone la cancha en la segunda parte. En los primeros instantes del tercer cuarto los jugadores verderones demuestran que están dispuestos a echar a la mencionada mala suerte, no han transcurrido tres minutos y la diferencia ya se ha recortado a la mitad. El factor Óbila vuelve a brillar en defensa y el 32-39 que señala ahora el marcador nos convence de que la remontada es posible. Las pulsaciones suben en la grada, el equipo continúa limando la desventaja y afrontará los últimos diez minutos a cinco puntos de Morón: 45-50.
Y siguen subiendo las pulsaciones de la afición, el objetivo está cada vez más cerca pero el equipo andaluz se resiste, a poco más de dos minutos para el final del cuarto periodo el 60-63 dispara exageradamente el nerviosismo entre los verderones, más si cabe cuando un triple visitante sitúa el resultado en un 60-66 a un minuto de la bocina que podría parecer definitivo. Pero esto es Ávila y aquí nadie se rinde aunque el balón, como ya dijimos antes, se vuelve a poner "elegante". Finalmente el esfuerzo obtiene su recompensa y, cuando los visitantes esperan un triple local para forzar la prórroga, Aramburu penetra forzando la falta y viendo como esta vez la pelota sí quiso entrar para sumarse al adicional que convierte colocando el 66-66 que nos dará cinco minutos más... ¿los aguantaremos?
Y vaya cinco minutos. Primero Óbila (68-66), luego Morón (68-70), vuelve Óbila (72-70), iguala Morón (72-72 y 36 segundos por jugarse), solo un corazón verderón puede resistir tanta tensión. Cazorla adelanta de nuevo a los locales, Cameron falla el triple que podía haber volteado el marcador y Aramburu anota un tiro libre para cerrar la victoria (75-72) y permitir a los nuestros viajar con 2-0 de ventaja a la siempre difícil cancha sevillana.
¡¡¡ Todos con el EQUIPO !!!
¡¡¡ Vamos Óbila !!!