Emociones

Llegó la hora, en el pabellón los equipos realizan el calentamiento y... el único, el irrepetible, el magnífico... Obilón, comienza a levantar el ánimo en una grada, ya de por sí animada, para lo que puede ser un día histórico, el primero de los muchos días históricos que los verderones queremos disfrutar en las próximas semanas.

Se inicia el juego y los nuestros empiezan un poco agarrotados. Toca sortear la presión, la misma que hace que Granada, que sabe que se juega la vida, tome la primera ventaja importante al alcanzar el ecuador del primer cuarto: 4-12. Los visitantes se apoyan en acciones individuales (Jorge Fernández, Iván Martínez, Berni Castillo...) que los locales no consiguen parar. A pesar de ello, la ventaja se mantiene en los ocho puntos al finalizar el periodo (12-20), los Jugadores mantienen el espíritu de Equipo y la Marea Verde no afloja en los ánimos. Los Albertos (no los que aparecen en los papeles de Panamá, sino los que saben que su papel es animar), los Alejandros, los Álvaros, las Anas, los Fernandos, los Javieres, los Jesuses, las Marías, los Migueles... en definitiva, todos y cada uno de los corazones verderones que pueblan las gradas del Carlos Sastre, saben que hoy es el día y no se puede dejar escapar.

En el inicio del segundo cuarto, justo cuando empiezan a caer "chuzos de punta" en el exterior del pabellón, queda claro que ya nadie se quiere perder el encuentro. El arcoíris que se asoma tímidamente tras uno de los ventanales, contempla como Óbila consigue voltear el marcador, 29-27, cuando faltan poco más de cuatro minutos para que llegue el descanso. José Alberto, Tejera, Sebirumbi... algunos verderones salen al rescate de los que hoy, quizá, no están acertados. Somos Equipo y se nota, hoy por ti, y mañana por mí... repetimos, EQUIPO. Granada, por contra, vuelve a tirar de individualismos. Jesús Fernández, veterano y que, todo pundonor, juega tocado, mantiene a los suyos cortando de raíz el arreón local. Berni Castillo anota para que los suyos alcancen el vestuario con ventaja: 33-35.

Tras el descanso, Álvaro Lobo, que también juega tocado dando buena muestra de la entrega de nuestros Jugadores, iguala el partido, 35-35, en la primera jugada. La consigna para este tercer cuarto está clara, ya lo advertía Mangas en la previa, hay que llegar al último periodo con opciones. Los granaínos, conscientes de que la presión del último cuarto puede ser brutal, aprietan para aumentar la distancia hasta los seis puntos (41-47). No quieren perder la cara al partido los los locales y, con música de fondo desde la grada, "sí se puede, sí se puede...", cumplen a la perfección la máxima del técnico y, a falta de 1:50 para finalizar el tercer periodo, el 47-49 del luminoso se traduce en un "no hay nada decidido". Nuevo arreón visitante en esos instantes finales, nuevo arreón desde la grada... la distancia se ha vuelto a estirar, pero todo queda abierto para el último cuarto: 48-56.

Y comienza la batalla final, los visitantes tratan de mantener la ventaja, los locales navegan en la Marea Verde, se lucha cada balón y la defensa verderona se multiplica. Nikolic consigue su triple tras asistencia de Mbamalu que, algo desacertado hoy en el lanzamiento, recalca una vez más el trabajo de Equipo dando el balón a su compañero para que sitúe el 55-56 con cinco minutos por jugarse y con todo el Carlos Sastre empujando a los Jugadores. Las emociones afloran, Mbamalu, todo sacrificio, consigue sus dos puntazos en el momento clave, 61-60, dos minutos para el final y Óbila manda en el juego. La defensa sigue creciendo, Lobo toma el balón y se convierte en el objetivo de las desesperadas faltas visitantes. El Equipo no pierde la cabeza y a Lobo no le tiembla la muñeca...

... sí, se podía, y no dejamos de creer, llegó el final y el resultado...

Óbila 67 - Granada 62

... clasifica a nuestro EQUIPO para las semifinales, unas semifinales en las que saben que, una vez más, contarán con el apoyo de toda la Marea Verde...

¡¡¡ Vamos Óbila !!! 

Grandes Jugadores...

... grandes en el esfuerzo...

... y haciendo crecer, y creer, aún más a una entregada Afición.